Ponerse de pie frente a una audiencia puede ser un desafío para muchos, es algo por lo que todos hemos pasado alguna vez, y los nervios pueden jugarnos una mala pasada. Aprender a hablar en público puede diferenciarnos de los demás, diferenciando nuestro discurso.  

El estudio de la oratoria es un apoyo para vencer el pánico escénico, te permite expresar tus ideas y lograr que el público comprenda tu mensaje. Y aunque en esta ocasión hablamos de un grupo grande como audiencia, puede ayudarte incluso en tus conversaciones diarias. Además, cuenta con otros beneficios como: contar con un vocabulario adecuado para cada situación, expresarte de la manera correcta y romper con el bloqueo que genera el pánico. Hablar en público no solo se trata de presentar nuestras ideas, sino plasmarlas de cierta manera que causen un impacto. 

Existen algunas técnicas que pueden ayudarnos a mejorar nuestra oratoria: 
1. No memorices, puedes quedarte en blanco si no recuerdas alguna parte de tu discurso.  

2.  Prepárate lo más posible, conoce al público y tu tema. 

3. Multimedia, recuerda no rellenar tus presentaciones de texto mejor usa imágenes o infografías. 

4. Muévete, cuando estés en el escenario camina sobre él. 

5. Interactúa con tu audiencia, puede ser a través de preguntas o gestos.  

Cuando estés frente a tu público, ¡demuestra tu entusiasmo! Que el público note que tu tema es interesante y recuerda practicar, puedes pedir ayuda a alguien que escuche tu discurso. La práctica te permitirá sentirte más seguro y concentrarte en el mensaje, así podrás organizar tu discurso y los puntos principales a exponer.  

Si en el momento te sientes muy nervioso, respira hondo, cuando nos encontramos muy tensos es más difícil respirar desde el diafragma por lo que se vuelve una respiración superficial y tendremos menos aire del necesario, provocando que se acelere. Esto es una señal que tu organismo te está enviando para atender la situación de tensión, pero si realizas respiraciones profundas tu ritmo cardíaco disminuirá. Una vez que te encuentres más relajado podrás sonreír con mayor facilidad lo que te volverá más cercano a tu audiencia.  

También es importante aprender a controlar el volumen y el ritmo de la voz, si hablas muy bajo o demasiado rápido el público no será capaz de entenderte, en cambio, si la modulas correctamente podrás mantener la atención de la audiencia, puedes mantener contacto visual para percibir si están despiertos o si se están aburriendo.  

Por último, debes cuidar tu lenguaje corporal durante tu discurso, presta atención en la forma en que te paras y como utilizas tus manos. Trata de ser lo más natural posible y que la audiencia tenga oportunidad de ver tu personalidad.  

Aunque pueda parecer aterrador, aprovecha las oportunidades que se te presenten para hablar en público, cuántas más veces lo hagas significará más práctica y los resultados finales irán mejorando. ¡Nadie nace siendo un experto y es esencial repasar el conocimiento que vamos adquiriendo!