La ansiedad es un concepto que empleamos con mucha frecuencia para referirnos al proceso psico-biológico implicado en un estado emocional muy incómodo que está relacionado con el estrés. Y digo que es psico-biológico porque podemos detectar su manifestación en cualquiera de estos signos simultáneos como sentirnos preocupados o nerviosos y a la vez sentir mariposas en la panza, malestares estomacales, taquicardia, hiperventilación, sudoración en las manos, etc.

En esta época, a la que llamamos hipermoderna, como joven te puedes ver expuesto a una serie de circunstancias que considero que son muy difíciles de sobrellevar, sobre todo si no sientes que cuentas con los soportes necesarios, como la familia, la escuela, los vínculos entre amigos y quizá con una pareja. Cuando hay un conflicto que tienes que enfrentar, si cuentas con estos soportes, aún viviendo ansiedad, podrás sobrellevar el problema, pero, si tienes una carencia en alguno de los soportes, vivirás más intensamente tu ansiedad.

Esta hipermodernidad te puede dar una sensación de incertidumbre acerca de lo que vendrá en el futuro para ti, sobre todo con todas las condiciones del mundo actual, como las crisis económicas, que no garantizan las mismas oportunidades de trabajo, las crisis de identidad, las sensaciones de sinsentido y hasta las repercusiones del calentamiento global. 

Entonces, creo que pudiera ser normal, que siendo joven presentes cierto grado de preocupación acerca de cómo enfrentar este mundo, y en mi experiencia puedes presentar ansiedad cuando lo que deseas y lo que te has propuesto alcanzar, no corresponde a lo que las circunstancias te van permitiendo. He notado que es muy frecuente que los adultos suelen someter a los jóvenes de hoy, a sus hijos, sus estudiantes o sus empleados, a que alcancen las metas que ellos, personalmente, quieren lograr, sin que sean 100% afines con las de estos jóvenes, y eso genera situaciones de choque entre ambas generaciones, que te pueden producir un alto grado de ansiedad, para lo que es recomendable que se trabaje en la creación de conciencia de que cada persona tiene el poder de decisión de lo que hace y hará con su proyecto de vida, así como de la creación de conciencia de que se puede confiar en las decisiones que puedes tomar.

En la clínica psicoanalítica, se afirma que si tienes ansiedad se puede manifestar con insomnio, crisis de pánico con hiperventilaciones, alteración en sus hábitos alimenticios, trastornos psicosomáticos relacionados con la gastritis o colitis nerviosa, irritabilidad emocional, etc., y en cada caso que he tenido he notado que hay una situación relacionada con la ansiedad, con la necesidad de estos chicos de resolver lo que les preocupa en una dinámica de la inmediatez y caen en un constante “overthinking”, dándole vueltas y vueltas a los pensamientos que los afligen.

Y aunque pudiera ser un aspecto muy positivo que perteneces a una generación que tiene en la palma de su mano una gran fuente de información y el recurso de la inteligencia artificial y puedes estar comunicados siempre y con cualquier persona en cualquier parte del mundo, esto puede ser también la otra cara de la moneda y ser por sí mismos, factores altamente ansiógenos (o sea que producen ansiedad) y la ansiedad que puedes llegar a experimentar te puede enfermar. Sin embargo, mantener la comunicación abierta con tus padres, con tu familia en general, o incluso con tus profesores, acerca de cualquier situación que te produzca un conflicto o una dificultad, mantener una buena preparación académica y sostener vínculos saludables con tus compañeras y compañeros, te proporcionará los mejores recursos para enfrentarla.

Si la ansiedad persistiera y rebasara tu sano funcionamiento como persona, te recomendaría ampliamente que lleven una orientación terapéutica.

Texto trabajado por la Psic. Adriana Alcaraz, docente en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades