Cada año, el 18 de febrero se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger, que coincide con el nacimiento de Hans Asperger, psiquiatra austríaco que lo describió por primera vez.  

La Mtra. Stephanie Capetillo docente en la Licenciatura en Psicología de la Universidad De La Salle Bajío, Campus Salamanca, nos comparte que este síndrome se clasifica dentro del espectro autista de acuerdo con el diagnóstico DSM-5, y pertenece a los trastornos del Neuro Desarrollo. 

Cada persona lo experimenta de manera distinta, pero algunas de las características en común son: la dificultad para socializar, o para entender los “códigos” que las personas manejan, son personas que comprenden las cosas de manera muy literal como los gestos, el paralenguaje, o incluso el tono de la voz. Es difícil para ellos descifrar este tipo de interacciones, es complicado pues llegan a una sociedad donde todos aprenden de manera cultural y son capaces de entender, ellos son excluidos.  

Es posible detectar el Síndrome de Asperger desde la infancia, son niños que se aíslan, que realizan movimientos repetitivos con las manos y en algunos casos especiales presentan conductas agresivas, pueden presentar dificultades en el lenguaje o un retraso en el aprendizaje de este o se concentran demasiado en un tema a la vez. Es importante resaltar que no afecta la capacidad intelectual.  

¿Qué hacer si se identifica alguna de estas señales? Lo primero es acudir a profesionales que puedan diagnosticar al infante, como lo puede ser un logopeda, un psicólogo y un psiquiatra. Una intervención temprana podrá facilitar que ellos pueden adaptarse a su entorno familiar y escolar, posteriormente en su adolescencia y adultez se encontrarán más adaptados.  

En el entorno familiar será importante evitar las comparaciones, humillar a la persona con comparativas es algo que puede lastimar muchísimo. Es importante que la familia también participe en el trabajo de la psicoterapia.  

Los maestros deben aplicar métodos de enseñanza que puedan facilitarle el aprendizaje, pero lo esencial es que lo integren a las actividades que se realicen sin que el estudiante se sienta invadido y abrumado.  

“Lo principal es la empatía y ser conscientes, no debemos verlos mal. Es una persona con una condición que se va adaptar a nosotros, ¿por qué no favorecer a que esa adaptación sea más sencilla?”, comenta ampliamente la docente.  

Desafortunadamente, el Síndrome de Asperger no es conocido o comprendido por muchas personas, la realización de charlas y conferencias en distintos espacios aportarían a que la sociedad comprendiera e integrara a quienes lo padecen.  

En México existen diferentes asociaciones que apoyan a las familias con diagnósticos, grupos de acompañamiento, servicio de terapia e incluso charlas. Puedes acercarte a una, conocer los testimonios y brindar ayuda.